Por qué no debemos de confiar en consultoras y empresas que utilizan métodos inapropiados e inválidos para seleccionarte
Hace unos días, César Duarte pidió mi opinión vía Twitter sobre un artículo que leyó en la web de América Economía, titulado “Entérate qué significa lo que ves en un test de Rorschach”
Aquí mi respuesta, a modo de comentario detallado, parte por parte.
“Las diez láminas del Test de Rorschach son universalmente conocidas, al igual que sus respuestas más típicas.” Cuando esto ocurre con un test, debemos de dejar de utilizarlo, pues pierde validez, pues las respuestas se orientan más a “lo que el evaluador quiere escuchar” y no a lo que realmente ocurre en nuestro interior. De entrada, ya vamos mal.
“Ver una mariposa, dos personas sentadas o un murciélago tiene un determinado significado, el cuál va a ser analizado detenidamente por el psicólogo que tomó la prueba.” Eso es una suposición, Y si bien hay muchos psicólogos que hacen bien su tarea, otros realmente “miran la prueba por encima” y no realizan una buena interpretación de la misma, prestándose a generar tomas de decisiones erradas. Pregúntenle a un experto en la prueba por cuánto tiempo tuvo que estudiarla para considerarse un buen intérprete de la misma, y luego indaguen por la experiencia de la persona que aplica e “interpreta” la prueba. Da mucho que pensar.
“El test de Rorschach también evalúa una parte intelectual cognitiva, es decir, a través de la prueba se puede ver el funcionamiento intelectual de un sujeto.” El funcionamiento intelectual de una persona hace referencia a una serie de procesos complejos que ocurren a nivel cerebral, y que aún con las máquinas más actuales para monitorear la actividad cerebral, termina siendo en gran medida un enigma por resolver. No creo que un test de hace 100 años pueda responder tan fácil las preguntas que los neuropsicólogos más connotados de nuestros días aún no responden.
“Además del mundo interno de la persona, de cómo ella se relaciona con los demás y de cómo se enfrenta a diversas situaciones, a través del test Rorschach se puede saber el nivel intelectual del sujeto. ¿Cómo? Según la académica, por la cantidad y calidad de las respuestas que dé en cada lámina.” O sea que, si tengo muchas respuestas complejas sobre las manchas, ¿soy más inteligente? La inteligencia es la capacidad para resolver problemas en el mundo real, con la finalidad de lograr una mejor adaptación a este mundo y sus condiciones. ¿Cómo interpretar estas manchas de formas diversas y complejas me ayuda a adaptarme más al competitivo mundo de los negocios? No lo sé. Yo creo honestamente que no me ayuda.
“Una persona con un buen CI va a producir más respuestas y de buena calidad.” Hace más de 30 años, Howard Gardner (sí, el mismo que dijo hace poco que “una mala persona no llega nunca a ser un buen profesional”) se encargó de romper con ese mito del CI, para introducirnos al mundo de las inteligencias múltiples. El CI es una falacia, en todo caso, un artificio poco práctico para determinar o predecir el éxito de un ejecutivo.
“Cuando una persona vea algo y se lo comenta al otro, ese otro también lo va a poder ver. Así, la prueba también evalúa la capacidad de adaptación social, ya que si una persona puede ver lo mismo que muchas otras en la misma lámina, significa que está más adaptado a la sociedad”. O significa que le dijeron qué es lo que la mayoría de personas “ajustadas” y “exitosas” ven. O significa que te está diciendo lo que quieres escuchar. Entonces, en ambos casos, no es una persona más adaptada a la sociedad, es una persona que manipula su imagen para agradarte, para manipularte también a ti. ¿Desde cuándo la manipulación es una muestra de adaptación social?
Hasta aquí mi comentario, porque el resto del artículo recibirá respuestas del mismo calibre. Y es que utilizar una prueba de corte psicodinámico (interpretativo, en una de las líneas menos científicas de la psicología), creada para realizar diagnósticos clínicos, no es una buena forma de demostrar quiénes somos en una entrevista. Entonces, ¿Por qué la siguen usando? Por el mismo motivo que se usan las corbatas o las tarjetas personales: Por costumbre. Una costumbre poco práctica, pero costumbre al fin.
Entonces, ¿qué hacemos si en nuestro próximo proceso de selección nos presentan las benditas manchas? Los invito a hacer lo mismo que hice yo en esa situación: Ponerse de pie, agradecer y retirarse. Yo no trabajaría para una empresa que cree que lo que yo vea en unas manchas determinan mi idoneidad para un puesto. Y tampoco para una empresa que contrata a una consultora que usa esas manchas. Y mientras mis colegas dejan de utilizar recursos inapropiados en procesos poco enfocados, tengamos un poco más de dignidad profesional.
Disconforme desde 1976. Actualmente dedicado a ser esposo, papá, consultor en temas de desarrollo, y facilitador (en ese orden). Básicamente, otro ser humano interesado en compartir conocimiento, experiencia y despejar humo, mientras escucha buena música.
El resto está en los links de abajo, pero sólo es realidad aumentada.