Por qué no debemos creer todo lo que leemos, especialmente si es tentador.
Hace unos días, en una publicación de LinkedIn pude observar esta oferta imposible de dejar pasar:
“Le daremos una asesoría 100% personalizada que potenciará sus aptitudes personales, laborales y formativas convirtiéndolo en el candidato más óptimo para cualquier proceso de selección en un margen de tiempo ideal para usted.”
Ofertas como ésta podemos verlas no sólo en LinkedIn, sino en todas nuestras redes sociales, una y otra vez, ofreciendo lo que por nuestros propios medios no podemos conseguir: El trabajo soñado. Ese que no sentiremos como trabajo, y por lo mismo nos durará para toda la vida.
Desmantelemos el anuncio, empezando, como siempre, por lo positivo:
- Una asesoría 100% personalizada es una gran promesa. Como tal, el servicio no debe ser barato. Pero probablemente lo valga.
- Un proceso que potencie mis aptitudes personales y laborales para mejorar mi perfil me parece un excelente negocio, especialmente si estoy en pleno proceso de búsqueda de trabajo.
Y ahí dejamos de contar. Ahora, lo cuestionable:
- ¿Por qué hablar de aptitudes, cuando vivimos en el mundo de las competencias? Si queremos sofisticarnos podríamos hablar de fortalezas, de talentos, e incluso de pasiones. Pero las aptitudes han quedado relegadas en el lenguaje de la gestión de personas. No conozco un solo taller de “entrevista por aptitudes”, pero sí decenas de “entrevista por competencias”. Entonces, ¿serán tan buenos como se presentan?
- Punto aparte representa el concepto de “aptitudes formativas”. ¿A qué podría estar haciendo referencia? ¿A mi formación profesional? ¿A mis estudios de especialización o actualización? ¿Cómo así este servicio potenciaría mis estudios? No creo que me envíen a seguir estudiante. Especialmente porque necesito el trabajo ya.
- Convertirme en el “candidato más óptimo” no se puede. Sólo se puede ser óptimo en el castellano. “Más óptimo” es un error de lenguaje. ¿Cómo una institución con este tipo de errores me podría preparar para ser óptimo? La duda echa raíces.
- “Para cualquier proceso de selección”. Ok, yo soy psicólogo. ¿Me puedes volver el candidato más óptimo (sic) para postular a ingeniero residente en campamento de exploración petrolera? No creo. Pero dice que cualquier proceso. Cualquiera. Quizás si me orientan en mi carrera desde cero… Y no tengo apuro…
- “En un margen de tiempo ideal para usted.” Ok. Aquí dejamos de entendernos. Yo quiero ser el ingeniero que dirige el proyecto de exploración petrolera mañana.
El problema con este tipo de anuncios es que apela a la desesperación de quien no encuentra trabajo y lleva semanas, o meses sin esperanza. Entonces, ven aquí la tabla de salvación, y sin reflexionarlo, se lanzan hacia ella, usando todo lo que les queda del dinero de su liquidación, e incluso pidiendo un préstamo. Todo a cambio de un espejismo. De una dosis de esperanza vana. Hemos pasado de ser consumidores informados (por tener acceso a abundante información gracias a Internet) a volver a ser los consumidores crédulos de siempre, cambiando únicamente el medio (“Si lo dicen en la radio debe ser verdad”, “Salió en la televisión, es verdad”, “¡Está en internet, es verdad!”). Pongamos más atención y estemos más alertas.
Por eso es mejor consultar con un profesional que sea objetivo, que te diga lo que debes escuchar y no lo que quieres escuchar. Y si quieres saber un poco más, podemos conversar cuando quieras. Prometo no venderte nada. En serio.
Disconforme desde 1976. Actualmente dedicado a ser esposo, papá, consultor en temas de desarrollo, y facilitador (en ese orden). Básicamente, otro ser humano interesado en compartir conocimiento, experiencia y despejar humo, mientras escucha buena música.
El resto está en los links de abajo, pero sólo es realidad aumentada.