Los contraejemplos para la diplomacia extrema que tanto detestamos
Hace unos días, en una conversación sobre cuál era la mejor manera de manejar una entrevista, una de las personas con las que compartía la mesa me mostró una infografía sobre 10 razones por las que no te contratarían. Luego de una breve revisión, empezamos a repasar sus contenidos, hasta el punto en que reconocimos que, en realidad, son miles los motivos por los que no podrían contratarnos. Y es que el proceso de selección – y especialmente la entrevista – está lleno de sesgos que desvirtúan el objetivo real del mismo. Así, si te pareces a la ex pareja del entrevistador, en algún lugar de su inconsciente, esa característica cobrará su margen de contribución al momento de tomar las decisiones finales. Lo mismo si reconoce en ti características de él o ella (el conocidísimo sesgo por identificación). En fin, ya nos dedicaremos a eso en otro artículo.
Aquí un breve resumen de nuestras reflexiones sobre estas 10 razones:
- Si hablas mal de tu anterior empresa o jefe. ¿Y qué pasa si realmente te trataron mal? ¿Si es un pésimo lugar para trabajar? ¿O incluso es un lugar reñido con la ley? Yo, particularmente, creo que el silencio te vuelve cómplice. Prefiero a alguien desleal con un mal entorno que a alguien que miente para ganar puntos en una entrevista. Si en entrevistador no piensa así, ¿de verdad te gustaría trabajar en un lugar donde la apariencia prima sobre la realidad?
- Mentir en el CV. En la reciente campaña electoral descubrimos una terrible cantidad de mentiras en los CVs de distintas autoridades, y nadie se había dado cuenta. Mentir en el CV no te impide obtener el puesto. Está mal, es más, es terrible, pero no es un obstáculo. Esperemos que esto cambie, y ya hay medios que permiten reducir la probabilidad de salirse con la suya en este tipo de fraudes, así que seremos optimistas.
- Saber poco o nada de la empresa. En realidad, no es tan terrible. Si eres el mejor en lo que haces, si son ellos los que te llamaron, si estás en el mejor momento de tu carrera, puedes darte el lujo de no saber. No pasa nada. Pero si eres un commodity, más te vale haber hecho bien tu tarea. Pero, vamos, no eres un commodity. ¿O sí?
- No tener una clara postura ética. Y aquí si estamos de acuerdo. Es más, si te contratan y sabes que no asumiste una postura muy ética ante un caso, una dinámica, o una pregunta en la entrevista, preocúpate. Ellos tampoco serán éticos contigo.
- Si no sabes decir claramente por qué quieres trabajar con ellos. Vuelvo a los argumentos del punto 3. Si ellos te quieren, ellos son los que deberán enamorarte. Pero si tienes una idea de lo que quieres, déjales saberla.
- No saber hablar inglés porque no te lo enseñaron en el colegio. Según la infografía esto demuestra que no tienes interés por saber más. ¿Y si hablas alemán? ¿Francés? ¿Italiano? ¿Quechua? ¿Chino Mandarín? Yo creo que “el interés por saber más” depende del foco de interés. Quizás no aprendiste inglés por aprender sobre diferentes técnicas para generar proyecciones de demanda, o estrategias de negociación multidimensional con comunidades en conflicto abierto. ¿Necesitas el inglés de verdad? Si el interés es grande, podrías aprenderlo rápido. Desde mañana.
- Si no lees. La verdad este es un sesgo terrible. Conozco excelentes profesionales y trabajadores que no leen hace mucho. Muchísimo. El juicio práctico, el criterio, el pensamiento intuitivo / la inteligencia intuitiva, son atributos que no se consiguen en los libros. Cuidado con esas empresas anticuadas.
- Decir que no tienes defectos o que no los sabes. Esto no será un elemento definitorio para que no te den el puesto, pero te deja en desventaja. Reza por que no haya un mejor candidato que tú. O empieza a ser un poco más autocrítico.
- Al hablar de errores de tu pasado, buscas disculparte o excusarte. Y con este punto volvemos a estar de acuerdo. Nadie quiere en su empresa a alguien que no es capaz de asumir sus errores y aprender de ellos. Es más, podemos sacar excelentes lecciones de nuestras metidas de pata, siempre que contemos con la madurez necesaria para afrontarlos.
- No saber explicar y cuantificar tus logros. En realidad, depende. Que una persona no lo sepa, y que en realidad haya aportado mucho valor a su compañía anterior, es excelente para algunas empresas, que querrían aprovecharse de ti sin pestañear. Acaban de descubrir a su gallina de los huevos de oro. Hemos visto casos de ese tipo. Pero tú no debes ser uno de ellos, pues tienes claro qué es lo que has obtenido hasta ahora. Si no lo has hecho, te proponemos realizar el ejercicio de inmediato.
Al finalizar la conversación, descubrimos que la infografía tenía puntos buenos, otros regulares, y varios malos – por no decir desenfocados u obsoletos – así que nuestra recomendación final es: Sé quien eres. Un consigue el trabajo que realmente quieres, siendo tú.
Nota al pie:
Para ver la infografía de la que hablamos en este artículo, entra aquí.
Disconforme desde 1976. Actualmente dedicado a ser esposo, papá, consultor en temas de desarrollo, y facilitador (en ese orden). Básicamente, otro ser humano interesado en compartir conocimiento, experiencia y despejar humo, mientras escucha buena música.
El resto está en los links de abajo, pero sólo es realidad aumentada.