“… tiene alucinaciones, de su ducha sale alcohol hirviendo…” (Txus, La Polla Records)
No. La resaca del fin de semana ya concluyó. Es más, no hubo. Tampoco tengo intención que la fiesta continúe. Pero si es tu caso, en la ciudad de Brujas podrás hacerlo realidad. ¿Cómo esto es posible? A través de la innovación en el canal de distribución.
¿Innovación? ¿Eso no es… tecnología?
La tecnología es sólo una forma de innovación. Definitivamente en el entorno en el que nos encontramos puede ser la que más fácil sea de relacionar. Para explicarlo mejor, nos basaremos en el “Paradigma de la T grande”, de Alejandro Ruelas-Gossi.
El autor define como la t pequeña cuando una empresa basa su ventaja competitiva en la mejora de su producto. Esta es impulsada por la tecnología, y requiere tener el conocimiento especializado y el presupuesto en I&D para poder agregar valor al producto. Un ejemplo podría ser el iPhone o iPad. La T grande, en cambio, ocurre cuando una empresa busca su ventaja competitiva en otras áreas de funcionamiento de la organización o del modelo de negocios, como operaciones, comercial, finanzas, marketing, distribución, relaciones con el cliente entre otras. El autor denomina la T grande porque el cambio proviene de más de una fuente, en lugar de enfocarse en el producto, implica cambios en el modelo de negocios y es impulsada por “ideas”.
Innovación
La innovación en distribución para generar una ventaja competitiva no es un concepto nuevo. Ya hace más de 130 años, David McConnell se dedicaba a vender libros puerta a puerta y como gancho de ventas regalaba perfumes para que las señoras le abran la puerta de las casas. Se percató que las mujeres que estaban en casa tenían facilidad para poder relacionarse y podían obtener ingresos – los cuales por ese entonces eran muy restringidos para ellas-. Como consecuencia de esto creó la California Parfum Company, empresa que luego pasó a llamarse Avon. Y así nació la primera empresa con distribuidoras independientes.
Y hace unos 4 años Xavier Vanneste, dueño de la cervecería Brugse Zot (locos de Brujas), buscaba reducir costos de distribución desde la fábrica, ubicada en el centro histórico de la ciudad. A través de una intensa campaña para financiar la construcción del tubo de manera colectiva (“crowdfunding”), quienes colaboraron con el financiamiento de 3 kilómetros de tuberías que transportará 4.000 litros de cerveza por hora a los bares, se les garantizaba poder recibir a cambio y en función a su donativo botellas de cerveza de por vida. A través de esta innovación, la fábrica ha podido ubicarse en un lugar histórico y ha conseguido una forma de transportar la bebida sin necesidad de dañar la ciudad ni el medioambiente. Quién sabe si en un futuro no muy lejano, los habitantes de la ciudad puedan integrarse en la red de distribución y sea como pagar la cuenta de los servicios de luz, agua… y cerveza.
Y tú, ¿cuál será la próxima estrategia de T grande que realizarás?
Soy Rafael y me dedico a la docencia universitaria y a la capacitación en temas comerciales. Docencia no significa “yo enseño”, sino que los participantes exploren, juzguen, cuestionen y aprendan. Mis estudios, grados académicos los puedes ver con un click.